sábado, 11 de enero de 2014

La vida en el castillo y en la aldea

Va… camina por los pasillos evitando al Rey, paseando siempre en compañía de cualquier otra dama de la corte, camina de vez en cuando con Henry, su gran amigo.
Pensativa, camina, dando vueltas por las cosas que han pasado, por un lado Edward, aquel caballero al que conoció hace unos días, aquel al que vio por primera vez en el bosque hacia algún tiempo; por el otro, Declan, el caballero que la intimida, aquel que parece tenerla bajo su ojo vigilante, y por último, la advertencia de las hadas, Domina está en camino, y sabiendo lo rápido que es pesadilla, seguro no tardará mucho en llegar a la aldea…. También ronda por su mente Mística, hace tanto que no la ha visto y se pregunta si su amiga del bosque la ha olvidado.
A pesar de que Henry trata de animarla, a medida que pasan los días ella parece más triste, extraña con cada respiro su mundo, aquel que aunque parecía monótono, era su hogar… después de todo los humanos no la impresionan tanto, no son tan diferentes de los seres míticos, al igual que ellos existen hombres que son más caballerosos y otros que son el típico macho, mujeres que son deseadas y mujeres que prefieren hacerse la vida fácil. Aun no logra acostumbrarse a su nueva imagen y mucho menos a las telas tan incomodas de los vestidos, no se ha adaptado al calor intenso de aquel lugar; aún necesita del agua para poder vivir, el único contacto que tiene con su mundo, es el jardín donde hay hermosas flores, pequeñas hadas que danzan y algunos gnomos que buscan las migajas de los humanos, pero no lo es lo mismo; a veces piensa que pudo haber tenido otro tipo de aventuras en el bosque, que pudo haber conocido a otras ninfas, a algún elfo, o incluso se pregunta qué habría sido de ella si se hubiese ido con el centauro, o con aquel fauno que intento poseerla en el lago del valle.
La vida en el palacio, no parece ser tan distinta de lo que solía ser, por las tardes su canto deleita a la Reina, y en los banquetes reales impresiona a todos los que la escuchan, provoca la envidia de aquellas que no tienen tanto talento, y se ve atrapada por los hombres que la pretenden.

¡Oh! cruel destino que parece no tener fin.

sábado, 4 de enero de 2014

Pesadillas o sueños; el hombre de aquel sueño

Corre, escapa, trata de huir… aquella mujer se ve asechada por una sombra, una mujer montada en su feroz corcel la persigue. Ella que lucha por su vida se ve fatigada, el agua que hay en el viento no es suficiente para que ella se pueda reponer… corre, tropieza, se levanta y vuelve a correr, vuelve a caer, es un ciclo sin fin.
Aquella que viene detrás se ve iluminada por un rayo de sol, aquella que arrogante y orgullosa la persigue se ve envuelta en un manto de victoria, ¡al fin podrá ser castigada la chica de las aguas y los vientos!
Ella que asustada esta, busca por doquier un refugio, busca escapar de la mujer que viene en su indomable potro, busca a gritos y suplicas a aquella que místicamente prometió la salvaría, a aquella que prometió ser su apoyo, y entre su desesperación y sus ruegos comienza a creer que aquella que tiene el poder de la metamorfosis la ha abandonado, comienza a pensar que al fin ha llegado la hora de sellar su cruel destino… al fin, tropieza y en medio del fango va a caer… si la mujer del caballo no la mata, aquel pantano lo hará.
Sumergida en un inmenso abismo sin fin cree ver las últimas partículas de luz que vera en su vida.
De pronto, percibe una sensación de miedo pero al mismo tiempo de bienestar, mira a su alrededor y escucha el respiro atroz de aquel caballo que entre tinieblas fue creado y mira los ojos de ira de aquella que ha jurado proteger a las criaturas del bosque, sabe que la muerte se acerca y que no hay nada más que hacer…
Sin darse cuenta una flecha se interpone en medio de las dos mujeres, asustando a la frágil y bella doncella, apartando con ira a la mujer del rencor y la venganza, y ahí, en lo alto de una colina se puede observar la silueta de un hombre, ¿será aquel con el que ella sueña despierta y la mantiene en vela por la noches?... no puede ver su rostro pero tiene la certeza de que ahora está a salvo, sabe que él la protegerá sin importar lo que pase… este se acerca hacia ella, le extiende una mano, la levanta y libera su cuerpo del pantano, limpia el fango de su hermosa faz y cura todas  sus heridas, la mira y posa sus labios sobre los de ella, y sin saber lo eso significa ella se siente segura y dichosa.
Aquel que la ha salvado, decide quitarse la caperuza que lleva puesta y al fin, cuando ella está por ver su rostro…

Los rayos del sol penetran a través de las cortinas de fina seda de su habitación, la Ninfa despierta de aquel circulo de pesadillas y sueños hermosos que parecen no tener fin.