El cielo parece vestirse de negro, con
hermosas lentejuelas que traen tranquilidad, ahí en el jardín de hermosas
flores se encuentra la chica que vino del bosque, la que de entre las aguas nació,
la que con la naturaleza se vestía y con las aves cantaba, aquella que cambio
su estilo de vida por la de una mortal, ahí se encuentra la hermosa y delicada
criatura, tararea una bella melodía del bosque…
Con aquella hermosa voz, se levantan las
flores nocturnas, encienden una delicada luz y revolotean a su alrededor
pequeñas lucecitas, danzan con frágil elegancia las hadas que entre aquellas
flores viven, escuchan el canto de aquella criatura de mística voz... danzan
frágiles y hermosas, ella se siente como en casa, advierte que no está tan sola
como creía, pero aquellas mariposas con porte de pequeñas mujercitas solo
pretenden advertirle que la Valkyria conoce su ubicación, y ella, la Ninfa; sin
preocupación alguna y haciendo caso omiso baila al ritmo de su hermosa canción,
se mece en el aire dejando que éste, acaricie su larga y negra cabellera, aquel
suspiro que la vio nacer, aquel que le dio la vida, canta con los ecos de las
ninfas del cielo, aquellas que viven en la volátil esencia, aquellas que nadie
más puede ver y se hunde en una sinfonía sin fin.
Canto de música eterna que entre la briza del
viento se mezcla y en la obscuridad de la noche se estremece…
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Lo que la brisa y el viento dicen