Celoso, el macho de cuatro patas está a las
afueras de la aldea, ahí donde el bosque comienza, merodea esperando que su
amada esclava regrese, esperando poder capturarla, esperando poder abrazarla…
impaciente aguarda, arrogante la espera, furioso la acecha… busca una
oportunidad de llevarla de regreso al bosque, no está seguro pero sabe que ahí
está, desconoce lo que la llevo hasta ahí pero no descansara hasta tenerla de
vuelta en lo que es su hogar… seguro de que algún día ella volverá, seguro de
que ella se rendirá ante él, seguro de que ella volverá e irá directo a sus
brazos, seguro de que ella no podría estar tanto tiempo lejos de casa.
Centauro en los límites del bosque; celoso,
rencoroso y sin muchas esperanzas, se desvanece entre las dudas y el recelo, la
ira lo carcome, piensa en ella, sueña con ella. Sí, la quiere con él, la quiere
a su lado, la quiere cerca de las montañas de fuego.
Tristeza mezclada en su despecho, ira
mezclada en sus lágrimas que contiene de manera machista, sensaciones
mezcladas, revueltas, enredadas, enmarañadas… preso de la belleza de aquella
frágil mujer, preso de sus sueños, preso de su cuerpo, preso de su soledad, ahí
está el Centauro solo y desconsolado…
Espera la oportunidad de que la Valkyria la
saque de aquella aldea, así podrá arrebatársela y llevarla con él a las colinas
volcánicas, donde los centauros transforman mágicamente a aquellas doncellas en
una más de su especie, podrá así procrear con ella, podrá así mantener viva a
su especie, la llevara consigo hasta el fin del mundo si es necesario, pero
será suya…
Sí, con todos sus sentimientos de recelo por
ella, de odio por los humanos; él la rescatara del cruel destino que Domina
tienen planeado para ella y la convertirá en su mujer…