Caminaba por los pasillos, por aquellos que
nunca antes había visitado, sola, con la mirada perdida y los pensamientos en
otro plano existencial, caminaba completamente distraída, pensando cuál era su
mejor opción; se sentía desprotegida; pues su amigo el Príncipe, se encontraba
lejos y el hombre que ella quería no sabía si la protegería, de repente se escuchó
a un hombre decir…
– ¿Qué estás haciendo?, creí que estarías con
la Reina.
Era Declan, por alguna razón la Ninfa no
podía confiar en él; sin embargo, era mejor estar con él que estar sola.
–Pues… creo que no estaba concentrada y me
dejo ir.
– ¿Puedo saber a qué se debe tu distracción?
–Mmmm… no lo sé, solo no me siento bien.
–Bueno ya que la Reina te ha dejado libre,
¿Por qué no vamos a dar un paseo por la aldea? La verdad es que no me gustaría
estar solo, algunos de mis amigos fueron a una taberna y no me siento de humor
para beber, y Edward se fue con su alteza el Príncipe, así que estaré sin mucha
compañía estos días.
Sabiendo que no tenía muchas opciones,
Celtica acepto.
Salieron a caminar por la aldea, era la
primera vez que ella la veía de noche, y era hermosa, las luces llenaban las
calles de un hermoso color, había música y cerveza, era una fiesta que ella no
comprendía.
– ¿Siempre es así aquí?
–Seguro, la gente aquí es muy alegre y le
gusta celebrar la vida, es cierto que también hay quienes son infelices pero,
la mayoría se siente bien, ¿Por qué no vienes conmigo al callejón de las
danzas? Creo que va a gustarte.
–Está bien.
El callejón de las danzas era un lugar a
donde las parejas iban a bailar y a divertirse, y al llegar allí Celtica se
sintió maravillada, pues veía hermosas mujeres bailar con bellísimos vestidos, a
los hombres danzar como si se tratase de un cortejo; veía luces hermosas y
adornos de mágicos colores, todo eran muy bello. De repente oyó a su compañero
decir, mientras la tomaba de la mano, – ¿Te gustaría intentarlo?
–Tal vez… –y tomando su mano se dejó guiar
por aquel caballero.
Bailaron gran parte de la noche, la Ninfa no
recordaba cuando era la última vez que se había sentido tan feliz, pero aquella
noche era mágica aun si el hombre con el que estaba no era de su confianza, aun
con sus preocupaciones por el Centauro y Domina, aun sin poder estar cerca de
Edward, pues por mucho que Declan la intimidara, comenzaba a sentir que era su
amigo. Por otro lado, ella no se percató de lo que la gente decía en la aldea,
todos los que conocían a Declan murmuraban entre ellos, jamás lo habían visto
tan feliz, de hecho nadie lo había visto sonreír antes; era demasiado serio y
misterioso, que se preguntaban si él tenía sentimientos.
Cuando terminaron de bailar, toda la gente aplaudió
y se acercaron a la Ninfa para felicitarla por sus habilidades para el baile,
por un momento ella se había olvidado de todo.